¿Quién dijo que el campo no puede ser sinónimo de innovación, estrategia y liderazgo? Mientras algunos aún imaginan la ganadería como un oficio heredado y manejado “a ojo”, un grupo de expertos reunió recientemente miradas públicas, privadas y académicas para demostrar que el futuro del sector puede y debe ser mucho más inteligente y competitivo.
En un conversatorio lleno de ideas frescas y con los pies firmes sobre la tierra, representantes del Gobierno, empresarios ganaderos y especialistas del IDE Business School y Estruktura coincidieron en algo esencial: la transformación del sector ganadero ecuatoriano pasa por profesionalizar su gestión.
¿Por qué hablar de liderazgo en el campo?
Aunque la ganadería es una de las actividades productivas más importantes del país, los números cuentan una historia clara: todavía hay una brecha entre lo que producimos y lo que podríamos lograr. Mientras que en países líderes una vaca produce cerca de 30 litros de leche al día, en Ecuador el promedio es mucho menor.
La pregunta que quedó en el aire fue directa y realista: ¿qué nos falta para dar el salto? La respuesta pasa por la formación empresarial, visión estratégica y liderazgo profesional dentro del campo.
Así, nace una propuesta distinta: formar líderes ganaderos con mentalidad empresarial. Con esa motivación, el IDE Business School y Estruktura presentaron el Diplomado de Gerencia para Empresas del Sector Ganadero (PGEGAN), un programa pensado especialmente para quienes quieren dejar de “administrar la finca” y empezar a dirigir una empresa ganadera con visión moderna, sostenible y de futuro.

Durante el panel, se abordó la idea de que la excelencia no debería quedarse solo en las grandes ciudades y sus oficinas. También debe llegar a las fincas, a los establos, a quienes sostienen la producción desde el campo. Porque cuando un ganadero aprende a tomar decisiones con información, cuando mide costos, cuando apuesta por genética, tecnología y sostenibilidad, no solo mejora él sino que también crece su comunidad, su región y el país entero.
En tiempos en que estamos llenos de conflictos, ver a la academia, la empresa privada y el sector público sentarse a conversar, construir y apostar por el desarrollo del agro ecuatoriano es una noticia que merece celebrarse. La ganadería no es cosa del pasado, es una oportunidad de futuro.Y, con líderes bien preparados, puede convertirse en un motor de desarrollo, innovación y empleo para Ecuador.

